Ahogado de la risa

AutorPez Globo

A veces los designios que se trazan desde el Cielo son misteriosos, como muestra está el chiste de hoy.

Llegan tres almas a las puertas del Cielo y comienzan a llamar para que los dejen entrar. Cuando sale San Pedro, les da una mala noticia:

-Lo siento mucho, señores, pero sólo queda un espacio.

Entonces los tres comienzan a discutir por quién lo merece:

-Señores, vamos a hacer esto: cada uno de ustedes va a pasar a contarme en privado cómo murió y así decidiré quién merece el Cielo.

Entonces pasa el primero:

-San Pedro, yo era un hombre casado y con una buena vida, o por lo menos eso pensaba hasta que comencé a sospechar que mi esposa me estaba engañando. Un día salí temprano del trabajo y fui directo a mi departamento para hablar con mi mujer y resolver nuestros problemas. Cuando llegué la vi en la sala medio desnuda y llena de sudor. Intentó convencerme de que estaba haciendo yoga desnuda, lo cual obviamente no creí.

-¡Qué historia tan trágica! ¿Y luego qué hiciste? -preguntó San Pedro.

-Busqué por toda la casa al cabrón que se la estaba echando. Miré debajo del sillón, en el armario, hasta que escuché unos golpecitos en la ventana y afuera estaba el cabrón colgado pidiendo que le abriera. Me enojé tanto que le pegué en las manos al imbécil hasta que se soltó, pero para su suerte cayó en un toldo y luego en unos arbustos. Agarré el refrigerador y se lo aventé, sin darme cuenta de que mi pie se había enredado en el cable...

-Suficiente, entiendo hijo -dice San Pedro y pide que pase el segundo.

-¡Ay, San Pedrito, lo mío sí es una tragedia! Trabajaba como limpia ventanas y un día cualquiera estaba limpiando en el séptimo piso cuando resbalé, pero pude sostenerme de una ventana. De pronto un desgraciado me golpeó las manos hasta que caí sobre una lona y luego en unos arbustos, con apenas unos raspones. Pensé que la había librado hasta que me cayó un refrigerador con el tipo amarrado a él.

-Calma hijo, ya pasó -lo consoló San Pedro-. Dile al tercero que pase.

-Mire, yo voy a ser honesto: me estaba cogiendo a la...

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