Ivaginaria / No es tu amiga si...

AutorElia Martínez-Rodarte

Existen dos tipos de solidaridad entre los seres humanos, y aquí me van a perdonar, pero tendremos que basarnos en el sexo género. Una cosa es la fraternidad entre hombres, que en ocasiones implica una complicidad entre señores para taparse los unos a los otros: le cuidan las espaldas a sus compadres, se reparten el poder entre amigos y no salpican a las damas, realizan contratos o pactos entre ellos omitiendo a ellas. Muchas veces solapándose tra varones, como cuando le dicen los polis a una señora que no se azote tanto por las dos cachetadillas que le dio su esposo, o como cuando le dice el papá a su hija: tu hermano sí puede hacer tal cosa porque es hombre.

En cambio la sororidad, que es una fusión de las palabras sor (hermana) y solidaridad, es un vocablo emanado del feminismo, para enseñarnos que aunque nosotras nos caigamos gordas, o no seamos comadres, o simplemente seamos desconocidas las unas con las otras, sabemos hacer pactos poderosos para ayudarnos. Cuando se nos pone, claro. El poeta José Eugenio Sánchez en una lectura, comentó que el asunto no se trata de que sólo se junten las mujeres, sino lo importante será cuando nos pongamos de acuerdo. Nunca mejor dicho. Podríamos dominar al mundo si nos blindáramos los ovarios, pero mejor me dejo de utopías guajiras sino van a creer que estoy consumiendo sustancias ilegales. Suena bizarro, pero es un hecho que las mujeres juntas provocamos electricidad.

Pero no, preferimos ser unas perras las unas con las otras. Así que mientras propiciamos la sororidad entre nuestras hermanas, nos cuidamos de las nocivas y nos alertamos sobre las lagartonas, no está de más decir que una mujer no es tu amiga si:

Una dama no es ley contigo si olfatea a tu marido, novio, amasio o al tipo que le dijiste que ya tienes centrado. Ya hemos hablado muchas veces del síndrome del restaurante, de que a una siempre se le antoja lo que la otra se va a comer, pero hay que tener presente que ese reflejo es sólo un síntoma de la envidia que otras nos pueden tener. Cuidado con esa lagartona, aunque sea la comadre, que quiere sobarse a tu carne. Si lo sonsacan y el señor jala, ésa ya es otra historia y otro correctivo.

No...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR