Una niña bien... mala / Saliendo del clóset de fantasías

AutorMilah

El fin de semana pasado disfruté unos días maravillosos e intensos, llenos de risas, por supuesto, de sexo.

Comenzó temprano, cuando visité a un par de amigos que hacía años no veía y, entre que nos poníamos al corriente de nuestras vidas y entre que recordábamos muy buenas experiencias, luego de unas horas, al fin decidimos cortar la charla y mejor irnos a quitar todos aquellos antojos que resurgían de la época en que nos conocimos en el ambiente swinger.

Ella y yo moríamos por comenzar a estremecernos entre besos y caricias, así que comenzamos desde nuestro recorrido por la ciudad hasta hacer empañar absolutamente todos los cristales del automóvil, mientras él nos miraba de reojo por el retrovisor.

Al llegar todo fue una bomba orgásmica. Mi amiga y yo de inmediato nos lanzamos una sobre la otra hasta lograr estar al límite. Aunque él poco a poco se acercaba más a la acción, a nosotras aún nos faltaba algo más, así que contacté a un gran amigo al que siempre le tuve unas ganas impresionantes y afortunadamente el Universo había conspirado a mi favor pues, habiendo recién adquirido su soltería luego de casi cinco años, bastó un simple "¿estás libre, se te antoja un plan conmigo?", para que ahí lo tuviera en unos cuantos minutos uniéndose a mi propia fiesta privada.

Por supuesto, al invitar a mi amigo nunca le aclaré detalles como que no estaba yo sola y que una parejita muy cachonda me acompañaba desde la tarde de ese mismo día, así que ya podrán imaginarse sus ojitos de sorpresa cuando le abrí la puerta y se topó con aquellos dos que supuraban feromonas. Aunque él ya conocía mi estilo de vida, la verdad es que llegar así, de sopetón, y toparse con tal escena, no está nada fácil.

Tengo que reconocer que este loquillo lo manejó súper bien, se integró de inmediato y, como todos ahí comprendíamos la intensidad de la situación, mis amigos decidieron darnos un poco de espacio y nos dejaron al fin solos a él y a mi.

Nunca antes entre nosotros había pasado algo, ni siquiera un beso tierno, ni hablar de un agarrón entre sábanas, así que mis nervios y los suyos nos pusieron a temblar, pero no hay nada que un beso apasionado no calme, así que unimos nuestras bocas y dejamos fluir las emociones y antojos que por años nos habíamos aguantado.

Esa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR