De política y cosas peores / Costa Rica

AutorCatón

"Es usted culero". Así me dijo una señora en San José de Costa Rica. "¡Santo Cielo! -exclamé para mí-. ¡También acá ya se supo!" Lo que en verdad quería decirme es que yo sería el último en hablar en aquel ciclo de conferencias al que fui invitado. Costa Rica es un jardín de las delicias convertido en país. Estar ahí es gozar un edén colmado de bellezas naturales y de gentilezas de sus habitantes. "¡La pura vida!" es frase que repiten tanto los propios como los extraños. Pues bien: envío un fuerte aplauso -con ambas manos tributado, para mayor efecto- al Presidente de esa hermosa nación. He aquí que don Luis Guillermo Solís, el nuevo mandatario de Costa Rica, izó en la Casa Presidencial, junto al lábaro nacional, la bandera con el arco iris que representa la diversidad sexual, con motivo de celebrarse el Día Mundial de la Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual. Dijo que en su país la comunidad lésbica, gay, bisexual y transgénero ha sido objeto de injusticias y discriminación -¿en dónde no?-, y anunció que su gobierno buscará una sociedad más incluyente y más respetuosa. Yo pienso que los homosexuales tienen derecho a ejercer su homosexualidad en la misma medida que yo, heterosexual, tengo derecho a ejercer mi heterosexualidad. Decir tal cosa es obviedad que muchos aún no admiten, ya por motivos religiosos -la religión mal entendida cierra los ojos de la gente, y le cierra también el corazón-, ya por ignorancia. Con su valeroso acto el presidente de Costa Rica ha dado lección de humanidad y de justicia. Reciba la felicitación de un mexicano que desde su mínima tribuna ha luchado en la medida de sus fuerzas -mínimas también- por quitar telarañas de incomprensión, inconsciencia, inhumanidad, injusticia e intolerancia. (Nota: para evitar sentimientos se citan esos males por riguroso orden alfabético)... En todas partes los pericos tienen fama de dicaces, y aun de procaces. Incontables son los cuentos de pericos, tanto en el sentido de ser muchos como en el de no poder relatarse. Conozco varios cuentos de pericos, por ejemplo el del...

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