De política y cosas peores / Terrible dictador

AutorCatón

El pastor Amaz Ingrace se enteró de que un chico y una chica de su congregación estaban teniendo tratos de fornicio. Los llamó y les dijo con severidad: "El sexo prematrimonial constituye un pecado muy grave". Respondió la muchacha: "El sexo que hacemos nosotros no es prematrimonial, pastor. No nos vamos a casar"... He aquí la pregunta más temible que puede hacerte una mujer: "¿Qué me notas de diferente?"... La señora, preocupada, le dijo a su marido: "Algo está pasando en nuestra relación, Ausencio. Necesitamos comunicarnos más". "Tienes razón -concedió el hombre-. Dame tu correo electrónico y yo te daré el mío"... Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, les contó a sus amigos en el bar: "Mi esposa me pidió que para su cumpleaños comprara algo que la hiciera ver sexy y atractiva. Compré una botella de whisky"... San Agustín escribió en su juventud aquello de: "Hazme casto, Dios mío, ¡pero todavía no!" Pues bien: un cierto sujeto que conocí decía: "Le voy a prometer a mi esposa que le seré fiel el resto del año. Pero para decirle eso esperaré a que llegue el 30 de diciembre"... Don Cornulio llegó a su casa y encontró a su mujer refocilándose con un sujeto. Le preguntó airadamente al individuo: "¿Quién le dijo a usted que podía acostarse con mi esposa?" Respondió con laconismo el tipo: "Todos"... Aquel terrible dictador fue arrojado del poder por una rebelión popular y llevado a la cárcel. En la prisión lo entrevistó un periodista: "¿Qué lo llevó a ser el gobernante cruel y déspota que fue?" Respondió el hombre: "A eso me condujo la frigidez de mi mujer". "¿Qué tiene qué ver la frigidez de su mujer con la dictadura que usted instauró?" Explicó el tirano: "Todas las noches le pedía sexo, y ella me lo negaba siempre. Entonces me decía a mí mismo: 'Está bien: ya que no puedo joder a mi mujer joderé a todo el país'"... La esposa de don Mercuriano había fallecido recientemente. El buen padre Arsilio decidió ir a visitarlo a fin de ver cómo se encontraba y acompañarlo unos momentos en su pena. Al llegar al departamento donde vivía el hombre creyó oír en el interior una risita...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR