Ahogado de la risa
Autor | Pez Globo |
Un sacerdote acabó su carrera teológica en el seminario, se graduó y casi de inmediato lo asignaron a una iglesia. Llegó a la parroquia y en su primera misa dominical se puso muy nervioso a la hora de dar su primer sermón, a tal grado que el sacristán y alguna de las religiosas tuvieron que salir al quite, apoyándolo con cantos y demás.
Ese domingo pasó y el miércoles recibió una llamada del Arzobispo, quién le preguntó cómo le había ido en su primer homilía.
- Señor Arzobispo, tengo qué decirle que me puse muy nervioso, a tal grado que casi no pude hablar, me agradaría mucho que pudiera darme un consejo -solicita el novel párroco.
- Padre Gonzalo, no se preocupe, eso es algo que nos pasó a todos, lo que yo le recomiendo es que le agregue un chorrito de tequila al agua que tiene en su ofrenda para la santa misa; al tomarla usted estará más relajado y las palabras le podrán salir sin reparo alguno -sugiere el Arzobispo.
- Muchas gracias su Excelencia, lo voy a hacer.
- Muy bien, el domingo lo visitaré en su homilía.
Llega el domingo y el Padre Gonzalo sigue la recomendación del jerarca, con tan buenos resultados que dio su sermón de buena forma y hasta regañó a algunos de los feligreses de la parroquia. Regresó a la sacristía y se encontró con una nota que decía:
"Estimado Padre Gonzalo:
Me da mucho gusto que haya seguido mi consejo y aquí le van otras pequeñas recomendaciones para la siguiente ocasión.
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La próxima vez coloque un chorrito de tequila en el agua bendita y no como lo hizo en esta ocasión que puso un chorrito de agua en el tequila.
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No es necesario que al borde del cáliz le ponga sal.
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El confesionario no es un "una pinche letrina oscura con ventanitas".
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A la hora de solicitar a la comunidad rezar el Padre Nuestro, las manos se deben poner en modo de plegaria y por ningún motivo se debe pedir a los feligreses que hagan "la ola".
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En ese mismo rubro, bien por animar a la gente a cantar, lo que estuvo mal fueron las canciones; la samba no forma parte de los cantos eclesiásticos y tampoco debe poner a bailar a las personas.
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Los apóstoles que acompañaban a Jesús eran 12 y no 7...
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