Ángeles y demonios

Que los aspirantes a la gubernatura hagan circo, maroma y teatro para impulsar su carrera por la candidatura ya no extraña.

Pero lo que sí sorprende es que una institución educativa se preste para el show.

Y es que nadie entiende por qué la Universidad Mesoamericana decidió otorgarle un doctorado Honoris Causa a Alberto Jiménez Merino, delegado de Sagarpa.

Aseguran que por muy conocedor que sea en materia agropecuaria, política de ahorro y recolección de agua, carece de méritos para una distinción de tal naturaleza.

Obviamente, el evento se convirtió en un mitin político para promover a un priista en la sucesión del 2016, en lugar de ser un acto académico.

Quienes ven con espíritu crítico que este tipo de personajes sean reconocidos por una institución educativa, sostienen que los alumnos difícilmente tomarán en serio a la escuela.

Rumbo al inicio de actividades en la Cámara de Diputados hay dos personajes en el PRI que, sin saberlo, ya andan en plena competencia.

Resulta que más de uno se pregunta quién logrará mejor posición en San Lázaro, si la joven marinista Graciela Palomares o Xitlalic Ceja, amiga Cecilia Peña, sí, la hermana del Presidente de México.

La primera, dicen, aspira a presidir la Comisión de Juventud y exhibe como mérito que es de las más chavas de la Legislatura.

Mientras la segunda anda entre Desarrollo Social y Desarrollo Metropolitano, sin que realmente cuente con credenciales para una u otra comisión.

Por ahí dicen que, para...

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