Ángeles y demonios

Ya pasaron 11 años del episodio de corrupción, tráfico de influencias e impunidad que protagonizó el ex Gobernador, Mario Marín, y el maquilador Kamel Nacif, y es fecha que sólo se ve impunidad.

No es por amarrar navajas, pero el morenovallismo que tanto prometió ir contra el marianismo sólo le echó el guante a Alfredo Arango, por sus manejos en Salud, y no logró detener a Javier García.

La Administración de Rafael Moreno Valle golpeó políticamente a las huestes del "Góber Precioso", pero nunca buscó a fondo deslindar responsabilidades por aquel escándalo contra Lydia Cacho.

A la fecha, dicen, persisten las dudas acerca de por qué el originario de Nativitas Cuautempan no tuvo ni siquiera que comparecer ante una autoridad, fuera judicial o legislativa.

Y lo peor es que, aseguran, aún muy en el fondo Marín aún piensa en que algún día puede ir como candidato al Senado.

Más de uno recuerda con precisión que Ardelio Vargas ni se inmutó por la idea de reubicar el penal de San Pedro Cholula.

Después, Facundo Rosas conoció de la petición hecha por el Ayuntamiento, aún bajo el mandato de la panista, Dolores Parra, pero mencionan que nunca estuvo en sus prioridades.

Más tarde, José Juan Espinosa hizo la petición directa pero con las altas y bajas en su relación con Casa Puebla, el mismísimo Facundo lo bateó y luego Jesús Rodríguez ni lo escuchó.

En resumen, para la Secretaría de Seguridad Pública el caso choluletca pasa a segundo plano y, dicen, ya avisaron al Edil que si quiere reubicarlo que lo haga él.

Ahora una vez más surge...

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