Una niña bien... mala / ¿Se puede tener buen sexo sin penetración?

AutorMilah

-¡Ya métemela!, necesito sentirte dentro de mí.

-Sorry, pero nunca cojo en la primera cita.

Un "¿qué?" tímido, acompañado de un ojo cuadrado siguieron a aquella afirmación, aunque, de cualquier forma, ¿quién soy yo para juzgar o querer indagar los motivos de actuar de cada persona? Lo único que sí me preocupaba era... ¿y qué rayos vamos a hacer entonces toooda la hora?

¡Ufff! ¡no tenía ni la menor idea de lo que ese hombre era capaz de hacer y de toooodo lo que probaría por hacer gozar a una mujer!

Es una delicia cada encuentro con él. Me encanta sentir su boca suave que besa mi cuerpo con paciencia, sus manos que me tocan con ternura y suben de intensidad conforme nos cachondeamos, sus dedos dentro de mi vagina recibiendo toooodo lo que escurre de mí, pero aquella vez, fue inigualable...

-¿Qué se te antoja hoy princesa? Quiero que mueras de placer.

-¡Hazme lo que quieras!

Y sin pensarlo dos veces, ató mis manos por arriba de mi cabeza y vendó mis ojos. No pude evitar sentir un nerviosismo lleno de adrenalina ante lo desconocido y de pronto un ¡¡¡sshhhhhhhhh!!!

-¡Aaayyy! Está helado. Mmmmm qué rico, sigue chupando. ¡Así! pasa tu lengua por mi clítoris otra vez, anda, uuuyyy qué rico.

Tumbada boca arriba sobre la cama, toooda llena de chantilly, sentí su lengua recorrer cada espacio de mi piel hasta limpiarme por completo. Su cuerpo embarrado al mío provocó que comenzara a empaparme y sus manos tocándome, sin poder yo ser recíproca al gesto, hicieron que me excitara taaanto que mi piel se enchinó.

De pronto sentí un líquido escurriendo por mi vagina que hizo que mi cadera subiera en un impulso, tratando de descubrir qué me mojaba, pero de inmediato escuché algo vibrar y segundos después pude sentirlo dentro de mí. Sentí su deliciosa lengua jugar con mi clít mientras él ponía el vibrador dentro de mi vagina, sacándolo lentamente y metiéndolo nuevamente sin dejar de chuparme. Yo no pude más y ¡me vine en su boca! Lo empapé al tiempo que tenía espasmos múltiples con el juguete aún dentro de mí.

Mis gritos llenaron la habitación y le pedí parar un poco y soltarme las manos.

-Quiero sentir tu cuerpo mientras me haces tuya. Déjame tocarte.

Hizo algo mejor, se sentó muy cerca de mi cara y metió su verga en mi boca. Me dejó probarlo por algún tiempo mientras la sacaba para después meterla hasta el fooondo de mi garganta. Yo lo apretaba de las nalgas mientras se la chupaba hasta lograr que comenzara a escurrir un líquido delicioso dentro de mi boca...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR