La comedia política / Ay, Obama

AutorDan T.

Siempre he creído que puedes saber mucho del humor de una mujer por sus manos.

Por ejemplo, si en las manos trae una pistola y te está apuntando, lo más probable es que esté muy encabronada por algo que hiciste.

O por algo que no hiciste, si se trata de tu esposa. Señora, entiéndanlo, por favor, cuando los maridos decimos que vamos a reparar algo en la casa, es porque lo vamos a hacer. No tienen por qué recordárnoslo cada seis meses.

Yo que sobreviví al huracán Paulina en Acapulco, a las nevadas de Montreal, a las inundaciones en Tecolutla, a los tacos del Metro Insurgentes, a caminar de noche por Monterrey, a visitar Morelia sin guardaespaldas, a los tigres de los hermanos Gurza, a los dos sexenios del PAN y a 15 años de trabajar en un periódico, yo les puedo decir lo que es el peligro.

Y no hay nada más peligroso que una mujer enojada.

Pero el que parece no saberlo, a pesar de sus grandes equipos de espionaje y sistemas de inteligencia, es el norteamericano Barack Obama. ¿Vieron la cara de su mujer cuando lo cachó muy contentito con una güerota? Fue en el funeral de Nelson Mandela al que, por cierto, con la playera tricolor bien puesta asistió Enrique Peña.

En las fotos que circularon por todo el mundo, se ve a Obama feliz de la vida platicando con la primera ministra de Dinamarca, una mujer de nombre impronunciable, grandes ojos azules y cabellera dorada.

Y ahí estaba el babotas de Obama tomándose fotos con ella, haciéndose el chistoso, como diría mi tía Nini, "luciéndose el cabrón". Pero de lo que no se daba cuenta el presidente gringo por andar de coqueto es que, a su lado, a cada minuto que pasaba, la cara de su mujer iba pasando de la curiosidad, al desagrado, luego a la molestia, el enfado y, finalmente, al franco encabronamiento.

Michelle Obama tenía esa mirada que todos los casados conocemos y bien sabemos que sólo significa una cosa: ya nos cargó el payaso.

A pesar de su muy conocida capacidad intelectual, da la impresión de que Obama se vio más menso que Vicente Fox... y eso ya es mucho decir.

Porque cuando se trata de mujeres, especialmente de esposas, hay que ser muy inteligentes. Yo, por ejemplo, siempre le...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR