Entregas en caliente / El último deseo

AutorGuillermo Hérdez

Rebeca, Natasha, Ricky e Inmaculado están frente al pozo de los deseos. Delante de ellos, las tres ninfas que lo resguardan. Una de ellas ha cometido el error de explicarles que lo mágico es el agua. Así que los cuatro amigos entienden que podrían tener todo lo que quisieran en la vida con solo zambullirse. Pero las tres ninfas no son enemigos fáciles de vencer pese a su apariencia. Son pequeñas, están completamente desnudas, provocan la excitación de los cuatro amigos pero son poseedoras de poderes mágicos.

La tensión es mucha. Por un momento Inmaculado piensa que no estaría mal tener una orgía entre los siete. Sólo son dos hombres pero ellos son folladores expertos. Además, Rebeca y Natasha se pueden complacer solas mientras los hombres las penetran y las ninfas les lamen los testículos. No, no estaría nada mal, concluye sintiendo los pálpitos de la erección.

Rebeca piensa que el único deseo que tiene en la vida es encontrarse con Paco Jones, follar como se manda por vez primera y luego repetirlo una y otra vez por el resto de sus vidas, sin los sobresaltos que han tenido a lo largo de los años. Le urge sentir el miembro de Paco dentro de ella, dentro de cada una de sus cavidades.

Natasha y Ricky coinciden sin saberlos. Ellos no desean mucho más de lo que ya tienen: follar para siempre, en un ambiente paradisiaco, sin las preocupaciones de la vida cotidiana. Es tal la coincidencia de sus deseos, que Ricky baja la mano para acariciar las nalgas de la rusa al mismo tiempo en que ella baja la suya para acariciarle el paquete. A fin de cuentas, cualquier lugar es bueno para una follada más.

Los interrumpe un suspiro profundo de Inmaculado. Es bien sabido todo lo que él desea a...

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