Ivaginaria / Japón erótico

AutorElia Martínez-Rodarte

Ni siquiera sé con qué empezar: la cultura japonesa del sexo y el erotismo es tan profundamente bella y cachonda, que me parece natural que esté lejos de la comprensión occidental. No es lo mismo ver pornografía japonesa que ninguna otra, porque para empezar ellos tienen una centenaria ley y en su Código Criminal de Japón, está establecido que no se deben mostrar genitales y que, si se distribuye material pornográfico, debe ir parcialmente censurado.

Hacia el finales del siglo 19 Japón estaba muy enraizado a la tradición y no le caía nada bien la influencia extranjera, entonces ello llevó a que sofisticaran su propia pornografía apegada a lo tradicional.

Ha poco tuve mi encerrona de pelis eróticas japonesas, y lo que más me sorprende entre los japoneses y el resto del universo, es que sus relaciones sexuales y eróticas no se quedan en la vulgaridad de la superficie, y ni siquiera son coitales o andan pensando en que orificio intervienen.

La cultura shunga nos enseña cómo la pornografía japonesa, antigua y profusa, nos muestra al sexo y a la sexualidad como una práctica que no se detiene ante nada. Lo mismo vemos el tradicional cuadro de la geisha, desnuda y abierta frente a un pulpo gigante que le ejecuta un cunnilingus, así como hombres y mujeres en prácticas sexuales diversas. Las ilustraciones del arte shunga eran muy populares y han influido en la conciencia sexual japonesa de la actualidad. Y nacieron sin censura.

En la pornografía actual de Japón, podemos ver prácticas de cualquier tipo, sin la visión completa de los genitales en algunos casos, pero sí un erotismo muy especial y aplicado. L@s japoneses en el porno que he visto por ejemplo, todos se besan a profundidad. No "se comen" las bocas sino más bien las intervienen, como si quisieran entrar en la cavidad del otro a base de mucho esfuerzo de succionar, lamer la lengua de la otra persona, lenguetear y distraerse en ello largo rato, besar las zonas aledañas a la boca y se afanan en verdad en convertirse en unos consumidores de boca a profundidad, sin parecer invasivos. Entre mujeres se besan mejor y es una experiencia más suave y creo que uno de los contactos más cachondos.

Además pese a lo conservador que una censura de genitales puede significar, la...

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