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Nosotros los jotos / El ojo alegre de René

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Vincent
AutorAntonio Bertrán

A la memoria del héroe Aquiles González Pereyra.

René es mi pareja. No te enceles, querido lector, es mi pareja de museos. Encontré al compañero ideal para visitar exposiciones: Culto, tiene la referencia siempre curiosa; profesional de estos recintos, evalúa con autoridad el montaje de las piezas, y además goza de un buen ojo para los detalles que el otro día se estuvo pasando de alegre.

Recordarás que hace unas semanas mi amigo me acompañó al Museo Nacional de Arte a ver "El hombre al desnudo", que, insisto, no te puedes perder por su belleza artística y carnal.

Yo confesé aquí que recorrí la exposición perturbado por tanta verija plasmada con maestría en las obras, y tanto paquete generoso entre los guapos visitantes. Entonces, Renecito me dijo muy casto y con cierto tono de superioridad que él no se fijaba en "eso", sino en los ojos.

Lo que no me aclaró mi mustia parejita es que se fija en los ojos pero de las obras de carne y hueso para ver quién anda en celo. Entre pieza y pieza, ese domingo le echó las luces altas a un galerista de arte que tenía una gran nariz.

Al final del recorrido, mientras yo solo tenía ojos para un dependiente de la tienda que con sonrisa de cortesana me ensartó el carísimo catálogo de la expo, René siguió al baño al guapo galerista, le presentó credenciales frente a los mingitorios y salió airoso con un número celular más la promesa de una visita a su colección privada.

Bien advertía mi abuela: "¡Del agua mansa líbreme dios, que de la otra me libraré yo!", le dije a mi amigo cuando confesó sus "arteras puterías" (como diría mi tía Angustias).

Ahora mi cuate está jugando al caballero que no tiene memoria y no me quiere contar cómo gozó con las piezas del galerista. Se está pasando de apretado porque ni siquiera me confirma si es cierta la fama de bien dotados que tienen los narigones.

La semana pasada, René volvió a las andadas. Se escapó de su trabajo al mediodía y fuimos al Museo de Antropología a ver una exposición de preciosísimas vasijas griegas prestada por el Louvre de París.

"Keramiká. Materia divina de la antigua Grecia" es otra recomendación para que dejes un rato la tele idiota o batees la invitación a comer de tu adorada suegra con un pretexto súper "sostificado".

El miércoles recorrían la sala de exposiciones...

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