La sobrina sin remedio / Reto de la vida desbloqueado

AutorMelody Petite

La semana pasada quedé a deberles la crónica cachonda de una noche inolvidable en el motel VBoutique en CDMX. Para los que no me leyeron les haré una breve descripción de Arturo y Tatiana.

Tatiana no había tenido sexo con otras personas, es decir ni con otro hombre que no fuera su esposo, ni mucho menos con otra mujer, así que decidieron que lo mejor para ella sería tomar las cosas con calma y qué mejor que tuviera una experiencia placentera conmigo. Ya que, ssshh, bueno, yo me imagino que gracias a mi complexión, a este cuerpecito bien proporcionado y esta cara linda de teenager, no provoca una mala impresión a las mujeres, es decir ellas no sienten una rivalidad hacia a mí, al contrario, como yo soy toda nena y "cuera miiillll", pues se encariñan conmigo en vez de enojarse con el marido por traerle una chica para hacer un trío, lo que no saben es que mi mente es súper cochambrosa, que mientras ellas me dan toda su confianza yo las estoy violando en mi mente... si la otra vez en el gimnasio una amiga que tiene un par de tetas suculentas estaba haciendo ejercicio y yo me puse enfrente, disque tratando de corregirla, cuando realmente le estaba saboreando todo el escote, imaginando que me la llevaba al baño para bajarle el top, sacarle una teta y empezar a succionársela suavecito .... sshhh, se me hizo agua la boca, y ya me desvié mucho... a lo que iba es que soy perfecta para esa primera vez del trío, porque confían en mí como caperucita roja confió en el lobo feroz vestido de su abuelita, jajjaja.

No recuerdo muy bien la fecha, tal vez fue hace un año en que Arturo, Tatiana y yo fuimos a otro hotel de CDMX. Esa ocasión ella tenía sus sentimientos encontrados, tratando de dejar a un lado la culpa que le pudiera causar el estar con otra chica en la cama, pero feliz al mismo tiempo por experimentar algo completamente nuevo para ella, su palabras eran: "ay no!!! Yo no soy lesbiana!!!", pero luego me abrazaba como si fuéramos besties (súper amiguiiiss), pero ella necesita entrar en calor para soltarse más, así que al principio tomaba su copa de vino, nerviosa, titubeante, con sonrisitas pícaras y platicaba mucho, hasta que después sin darnos cuenta ella ya estaba un poco inconveniente, las copas se las acababa al hilo, Tatiana pasó de no querer a una chica a amarme con locura (lo que una persona en ese estado pueda decir que ama).

Tatiana me besaba apasionadamente, luego me abrazaba muy fuerte restregando mi cara entre sus enormes tetas, y yo de...

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